Abril 2025

El Ángel de Cerámica

Saludos desde el Hogar, queridos seres humanos.

Yo soy Zandria y quiero contarles una historia. Es la historia de una niña que crece en el mundo actual.

Les presentamos a Skylar, una niña de 9 años con una energía radiante y su nombre es Sky. Su nombre le viene de maravilla, pues sus grandes ojos azules iluminan la habitación al entrar. Es la menor de tres hijos de la familia Redford. Sky infundió una nueva luz en esta amorosa familia al llegar con una dirección clara de su espíritu sobre lo que esperaba lograr en esta encarnación. Pero, por supuesto, no recordaba nada de esto y simplemente trataba de adaptarse al mundo de una niña de 9 años. Sus dos hermanos son mucho mayores que Sky; ellos tenían 11 y 9 años más que ella. Sus padres consideraban que la familia ya estaba completa antes de que ella llegara.

La madre de Sky siempre deseó una niña, pero estaba muy feliz y ocupada con los dos niños; amaba mucho a su familia. Entonces, inesperadamente, se encontró embarazada a los 41 años. Todos, incluido su médico, estaban muy preocupados porque había tenido problemas con su último embarazo y le dijeron que no podría tener más hijos. Sin embargo, eso no detuvo la llegada de Sky.

Desde el principio de su vida, Sky fue una niña muy alegre. Siempre encontraba el lado positivo de cada situación, y su madre estaba muy orgullosa de ella. Su madre fue realmente quien la comprendió y la ayudó en los momentos difíciles. Compartió historias de su vida abiertamente y le infundió a Sky un fuerte sentido de autoestima, confianza y orgullo. Tenía 11 años cuando su madre enfermó gravemente. Cuando tenía solo 12 años, su madre falleció y Sky perdió la sonrisa.

Sky se sintió desesperanzada y abandonada después de eso, y no le  veía sentido a la vida. Aunque no culpaba a su madre, le costaba sonreír. El lado positivo que siempre había encontrado se había apagado. Sus profesores estaban preocupados por ella al ver ese cambio drástico. Incluso el consejero que la atendió fue de poca ayuda. Su padre trató de acercarse a ella, pero tampoco le sirvió de mucho. Estaba atravesando su propio dolor por la pérdida de su esposa y se sentía vacío por dentro. De todos modos, siempre había habido cierta distancia entre ella y su padre. Él era muy controlador y a menudo se rebelaba contra eso. La vida de Sky en los años siguientes fue como pasos vacíos a través de las arenas del tiempo.

Pasaron rápidamente cuatro años y las nubes oscuras persistían. El hermano mayor de Sky se mudó fuera de la casa y la dinámica familiar cambió de nuevo. Él era el único de la familia que parecía conectarse con ella y comprenderla. Después de eso, Sky se sintió aún más vacía mientras buscaba el sentido de su vida. Ahora, acercándose a los 16 años, sus amigas estaban entusiasmadas con la vida, los chicos y la diversión. Pero ella simplemente estaba ahí, y pocas cosas parecían encender esos hermosos ojos azules que una vez iluminaron la habitación.

Un día, su padre le encargó que sacara cosas viejas del garaje. Fue difícil para ella, porque la ropa de su madre estaba en las cajas que tenía que revisar. Derramó lágrimas al recordar la ropa favorita de su madre y los libros viejos que guardaba. Algunos eran libros de texto de su época universitaria, junto con anuarios del instituto que mostraban cuánto se parecía Sky a su madre de joven. A veces sentía que su madre la acompañaba y a menudo se giraba para ver si estaba allí. Ella aún podía oír la voz de su madre con tanta claridad como si fuera ayer.Mientras Sky recogía las cajas que quedaban para donar, oyó la voz de su madre que le decía: «la cajita». Sky miró a su alrededor, pero no vio nada parecido a una cajita, así que terminó sus labores y entró a preparar la cena. Pensó que debía de haberlo imaginado. Más tarde se acostó, solo para despertar a las 3 de la mañana con los acontecimientos del día dando vueltas en su cabeza. ¿Y qué hay de esas palabras, «la cajita»? Trató de volver a dormirse, pero fue en vano.

Finalmente, Sky se levantó, buscó una linterna y fue al garaje a buscar de nuevo esa misteriosa cajita que la atormentaba. Una vez más, revisó las cajas de ropa y los libros que su madre había dejado. Estaban todas apiladas cerca de la puerta del garaje, listas para que las recogiera una organización benéfica local. Después de revisarlas todas, no encontró nada. Así que, con eso, estaba lista para volver a la cama. Pero al salir del garaje, iluminó con su linterna los estantes ahora vacíos donde habían estado guardadas esas cajas. Y allí, en un rincón, Sky vio una bufanda que había echado de menos. Tuvo que subirse a un taburete para alcanzarla, ya que estaba en el rincón más alejado de un estante superior. Iba a depositarla en las cajas para donaciones cuando debajo vio una pequeña caja de cartón.

Sky sintió un escalofrío que le recorrió todo el cuerpo. Las lágrimas volvieron a brotar mientras se balanceaba con cuidado en el taburete, extendiendo la mano hacia la caja. Casi sentía como si alguien la sostuviera. Bajó y se sentó en el suelo, mirando la caja con expectación. Sentía a su madre a su alrededor. Aunque todavía algo escéptica, Sky abrió la caja lentamente. No vio nada más que bolas de algodón. Decepcionada, Sky metió los dedos en el algodón y sintió algo debajo. Entonces sacó un hermoso y delicado ángel de cerámica de unos cinco centímetros de alto. El algodón estaba allí para protegerlo.

Se quedó allí sentada un buen rato, mirándolo, con lágrimas en los ojos. Sky sabía que era algo especial de su madre y estaba muy feliz de haberlo encontrado. Usó el pañuelo para secarse las lágrimas. Lo guardaría para siempre como recuerdo de su madre. Sky sacó las bolitas de algodón y las colocó en el suelo junto a ella, preparándose para guardar el ángel de nuevo en la caja. Fue entonces cuando encontró el papel doblado en el fondo de la caja: era una nota con la letra de su madre.

La fecha en la parte superior era ocho años antes del nacimiento de Skylar, un año después del nacimiento de su hermano menor. Sky temblaba al leer la nota.

Esto es para mi hija. Siempre supe que tendría una hija y ahora sé que no sucederá en esta vida debido a las complicaciones médicas. Este era un ángel que vi y lo compré para recordarle lo especial que es. Esperaba regalárselo en su decimosexto cumpleaños, cuando se convirtiera en mujer. Solo puedo esperar que algún día encuentre su camino en mi vida, tal vez como mi nieta o de alguna otra forma. Espero que este ángel la encuentre en algún momento de su vida. La cuidará y será un canal para todo el amor que me hubiera gustado darle. Debe saber que todos los ángeles del cielo están tan orgullosos de ella como yo.

Estaba firmada por su madre. Sky sostuvo la caja con cuidado mientras corría a la casa, despertando a su padre de un sueño profundo. Entre lágrimas, le mostró el ángel y la nota. Su padre nunca supo que su esposa había hecho eso. Sky no volvió a dormir esa noche, pero no importó, pues la luz había regresado mágicamente a sus ojos. Había encontrado un nuevo lugar para su madre en su vida. Esa noche, Sky conoció el secreto del duelo.

Sky conservó ese ángel toda su vida e incluso lo reparó una vez cuando una de sus alas se rompió tras una caída. Sky se convirtió en una reconocida psicóloga y autora especializada en el área del duelo. Con su talento, conmovió la vida de muchas personas, jóvenes y mayores. Cuando finalmente se graduó de la Tierra a los 84 años, su último testamento estipulaba que el ángel de cerámica debía heredarlo su bisnieta en su decimosexto cumpleaños. Lo que Sky no sabía es que su bisnieta era la reencarnación de su madre, por lo que el círculo de amor se completó.

Yo, Zandria, cuido de la energía femenina en todos ustedes. Animo a esa hermosa energía para que florezca  y prospere en la Tierra. Hombres o mujeres, todos necesitan saber lo especiales que son y que la feminidad está en auge en la Tierra. Que el ángel de cerámica les recuerde nuestro amor.

Por favor, re-cuerden tratarse unos a otros con respeto, cuidarse mutuamente y jugar bien juntos.

Los amo.

Zandria

Nota de Steve: Aunque Zandria reformuló esta historia para hablar del duelo, es una historia real. Mi esposa, Bárbara, dejó el ángel hace muchos años en una cajita con una nota para su nieta. Recientemente lo encontraron y lo entregaron a su legítima heredera. Estoy seguro de que Bárbara está sonriendo.

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Traducción y Edición:
Equipo de Traductoras Voluntarias de Espavo
Abril de 2025